"El niño es el padre del hombre", decía Wordsworth, y es verdad. El niño que fuimos, es decir, el peso de nuestra infancia, nos persigue durante toda nuestra vida; y los octogenarios, al morir, con las manos ya crispadas sobre el embozo, a menudo llaman a su madre como si fueran críos. La niñez es nuestra horma o nuestra cárcel.
J.D. Salinger
Tiene gracia. No cuenten nunca nada a nadie. En el momento en que uno cuenta cualquier cosa, empieza a echar de menos a todo el mundo
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