martes, 3 de enero de 2012
Lo llevo muy adentro, grabado y perforado. Siempre eterno
Busco un motivo para sonreír, una alegría, o algo de felicidad que entre como un rayo de sol en mi vida. Y a cambio, sólo encuentro lágrimas de tristeza guardadas en los cajones de mi habitación. He dejado de creer en lo simbólico, también de mirar las fechas, y de hacer caso a los protocolos que marca la educación; pero todo se debe a traumas que me persiguen como si de mi sombra se tratasen. Por todos lados veo gente, gente que parece estar mal y entonces empiezo a pensar que alguien me comprende, hasta que me doy cuenta de que cada ser humano es diferente, y llega el momento en el que me encierro en la soledad de mi habitación. La gente alrededor siempre me mira extrañada, ellos creen que saben lo que es la felicidad y que pueden sentirla y saborearla. Creen que si alguien les da una puta vida, pues que habrá que sonreirla. Pero yo ya miro desde otro lado, me va demasiado lo oscuro. Mi almohada está harta de absorber lágrimas y mi cuerpo lo está de derrumbarse. Mi corazón está frío y yo busco que deje de latir, aunque probablemente eso a mucha gente no le importe. No soy feliz y no sé si busco serlo. Creo que me conformo con vivir así, entre escombros e intentando que pase el tiempo. Quiero congelarme y ser eterna en un instante que lleve sonrisa. Quiero ser Effy Stonem y arrastrar conmigo lo más profundo. Quiero que la gente entienda que me importa una puta mierda mi vida, que yo no elegí vivirla.
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J.D. Salinger
Tiene gracia. No cuenten nunca nada a nadie. En el momento en que uno cuenta cualquier cosa, empieza a echar de menos a todo el mundo
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