y que todo el mundo tiene malas rechas, pero lo bueno de ellas es saber superarlas, y saber que aunque me caiga 78 veces, me voy a levantar 110, porque supongo que forma parte de la vida, el enfrentarte a las cosas y saber superarlas; porque cuando naces, nadie te avisa de lo jodida que es la vida, y de todas la putadas que puede hacerte, lo tienes que aprender tú mismo, a base de sufrir, llorar y sentir dolor, a base de no sé, de pasar épocas de sentirte solo en el mundo y otras épocas de tener extrema felicidad sin saber muy bien por qué. Hoy, me contaron una historia, y creo que es lo que todos debemos hacer. En la historia se contaba, que un hombre una vez visitó un pueblo, y fue a ver su cementerio, mirando las tumbas observó extrañado que en todas, y cada una de ellas, había muchos números, que indicaban años, meses, días, horas, minutos y segundos. El hombre, sintiendo curiosidad por ver que significaba aquello, fue a preguntar a algunas personas del pueblo, le respondieron, que en su pueblo era tradición que al cumplir los quince años, se le diese al niño o niña una libretita, en la que tendría que apuntar los momentos felices de su vida, así todos ellos iban apuntando sus momentos felices, una fiesta, el primer amor, un día genial con tus amigos... y el tiempo que había durado esa felicidad, cuando iban creciendo apuntaban el día en que se casaban, su primer  trabajo, cuando tenían hijos, celebraciones importantes... seguidos de cuanto tiempo había durado ese momento de felicidad. Así, cuando se morían quedaban anotadas en sus libretas, todas esas situaciones y momentos tan felices, la gente del pueblo sumaba el tiempo que se había vivido feliz, y se grababa en la sepultura, puesto que para ellos, la vida era el tiempo que una persona vivía feliz, no el tiempo en el que se tenían malas rachas.