jueves, 22 de diciembre de 2011

No soy rubia y no me gusta el Martini con hielo. No soy alta, en realidad, ni siquiera llego al metro sesenta y cinco, aunque con tacones altos lo sobrepaso. Soy incapaz de estarme quieta, hablo demasiado y me enfado muy deprisa, aunque se me pasa muy rápido. No soy la clase de niña perfecta  que sigue las normas al pie de la letra.  Lloro demasiado, pero soy tan divertida que en ocasiones te dolerá cada centímetro del cuerpo de tanto reírte.
Lo que puedo prometerte es que no te aburrirás conmigo, te volveré loco y querrás salir corriendo de lo pesada que me pongo a veces. Soy impredecible, vivirás sin saber lo que te espera conmigo. También te darás cuenta, con el tiempo, de que soy algo caprichosa y un poco coqueta también, para qué negarlo.
Soy algo vergonzosa, aunque a veces eso me juega malas pasadas. Canto en la ducha y escribiré tu nombre en los espejos y cristales empañados, y como no, en la arena. No necesito nada más que una sonrisa para salir de casa, y si chasqueo con los dedos hago magia, tengo el poder de no preocuparme por nada.
También has de saber que cometo los errores que antes tú nunca has visto, que me caigo 3 veces si es necesario con la misma piedra por que lo necesito , que no soy de esas personas que te lo cuentan todo a la primera no , es mas me cuesta mucho sacar lo que llevo dentro , nunca y puedo decir que nunca , me verás llorar , podrás verme insoportable ,  borde , seca  y estúpida , pero por mucho que insistas no te lo voy a contar.
Soy muy terca y como algo se me meta en la cabeza , pocas veces lo puedes sacar.
Soy indecisa, tímida, arriesgada y dura por fuera, pero por dentro soy todo lo contrario, sobre todo débil. Soy como un libro cerrado que no hay más que mirar la portada para saber de que trata.

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J.D. Salinger

Tiene gracia. No cuenten nunca nada a nadie. En el momento en que uno cuenta cualquier cosa, empieza a echar de menos a todo el mundo